Partiendo desde la realidad de que un crucero no es ni será 100% sostenible y que la huella ecológica que genera es
Por ello se agradecen aún más los avances, las mejoras, e incluso los guiños que intentan mejorar el fondo del turismo de cruceros, es decir, la crítica sobre el impacto ecológico que tienen.
En 2018 Norwegian Cruise Line prescindió de las pajitas de plástico, y para 2020 han decidido actuar sustituyendo botellas de agua y de champú por envases de cartón reciclables, y un tapón elaborado a base de caña de azúcar.
El buque Norwegian Encore, el impresionante nuevo crucero de la compañía Norwegian Cruise Line se ha convertido en el primer barco que no lleva botellas de plástico con agua para ofrecer a sus viajeros. El viaje piloto se llevó a cabo entre las localidades de Bremerhaven a Southampton, empleando un concepto de botellas de cartón que han denominado «Just Water». Con esta simple acción se prevé eliminar seis millones de botellas de plástico de un solo uso al año.
Además de las botellas de agua de plástico, han eliminado los recipientes de champú, cambiando otros enseres del uso en cabina y alcanzando 50 millones menos de residuos plásticos de diferentes clases.
El inmenso crucero- 167.800 toneladas, 1.731 tripulantes, 3.998 pasajeros, casi 30 bares y restaurantes-, un barco de lujo ideado para las mejores vacaciones, con la pista de karts más larga dentro de una embarcación, puede presumir ahora de navegar en pos de la sostenibilidad mediambiental, aunque sea a velocidad de crucero.
Con iniciativas como esta se pretende dar pasos significativos en un sector que necesita renovarse en tema de sostenibilidad y energías renovables, para lograr un mundo residuo cero sin plástico. Aún queda mucho por hacer ya que si nos centramos solo en el combustible usado por los cruceros, el fuel oil pesado, es cien veces más tóxico que el diésel que utilizan automóviles y camiones, con hasta 3.500 veces más contenido de azufre. Una de las soluciones sería emplear gas, aunque apenas hay cruceros que lo usen, u obligar a que las emisiones de azufre sean mínimas.