El Nilo es el río más largo del mundo, o casi, tras las últimas mediciones del Amazonas. En todo caso más de 6300 kilómetros internándose de norte a sur en África y, hendiendo en dos, al desierto del Sahara. Cuna de la civilización egipcia clásica. Cuna, junto al Tigris y el Eúfrates, de las civilizaciones que dominaron la agricultura por primera vez y establecieron gobiernos complejos. Gracias a la creación de los primeros Estados, y a la esclavitud, los faraones construyeron increíbles maravillas que aún hoy disfrutamos: Las Pirámides de Gizeh, cerca de El Cairo, Luxor, Tebas, el Valle de los Reyes, etc..
El río Nilo ha sido el creador y sostén de pueblos y culturas. Gracias a él, la desertificación del norte de África no fue acabo con la civilización egipcia. El Nilo es navegable hasta la presa de Asúan, fundamental para el control del regadío.
La construcción de esta obra en los años 60, en medio de la Guerra Fría fue fuente de inestabilidad. Hoy, sus consecuencias son más de índole geopolítico y ecológico. Así, gracias a la irrigación de más tierras la población de Egipto ha aumentado considerablemente, tal vez demasiado, sin el consiguiente aumento de la calidad de vida. Sin embargo, la presa puso fin a las inundaciones cíclicas del Nilo que surtían de nutrientes a las tierras de cultivo. Además la caída del caudal ha aumentado la salinidad del río y ha hecho proliferar algas invasivas. Por suerte, esto no se sufre en los cómodos cruceros, pero no está demás desear que el turismo sirva para que Egipto mejore su política agraria y la sostenibilidad de un entorno dedicado como es el Valle del Nilo.
Embarque y duración.
Los cruceros salen, normalmente, del Cairo y remontan el río hasta Asúan, al pie de la imponente presa construida por Nasser.
Los cruceros suelen durar entre 7 y 11 días y hacen escala en los lugares más emblemáticos de Egipto: Karnak, Tebas y Abu Simbel, entre otros.
Desde España hay salidas con el avión incluido desde Barcelona y Madrid. Desde América se encuentran ofertas desde las grandes capitales México DF, Buenos Aires, Bogotá, Caracas, Lima, Santiago de Chile o São Paulo.
Los cruceros.
Los cruceros fluviales son más cómodos ya que no se agitan bajo el influjo de las olas. Así que las personas que se mareen podrán disfrutar en toda su plenitud de un viaje tranquilo y agradable. Los atardeceres son preciosos ya que el desierto se tiñe de colores rojizos y el contraste de las tierras cultivadas en torno al Nilo produce mezclas curiosas de colores.
Sobre barcos que recuerdan otras épocas y con camarotes más amplios y que dan al exterior, los cruceros fluviales son menos gigantescos y agobiantes para aquellos que no gusten de las multitudes. Además dado el menor tamaño de los buques hay menos animaciones y espectáculos con lo que la calma prima.
Y para terminar Egipto, las escalas, las visitas de los templos, las pirámides y las ruinas son el principal atractivo con lo que las actividades externas son mucho más importantes que en un crucero tradicional. Lo que encantará a los amantes de la historia y el arte.
Épocas de visita.
Se suele recomendar los meses de septiembre hasta abril para realizar el viaje ya que el calor es menor, pero los cruceros recorren el Nilo durante todo el año.
Reservas y ofertas.
No todas las compañías ofrecen cruceros fluviales por el Nilo, por lo que les recomendamos que busquen utilizando el enlace que colocamos justo debajo de este texto.
Buen viaje.